Volando bajito por mi habitación canciones de Ani diFranco que se escapan de Youtube, voy a ver si consigo hoy -por fin- sentarme a contarte. (El Youtube éste me sigue pareciendo una maravilla, pero has de saber que las canciones, mejor que en su (de Ella) habitación, no suenan en ningún sitio!). Gracias por darme a conocer a esta cantautora (no... no sabía de su existencia). Sobrevolemos entonces...
Volando ahora hasta el jueves pasado... Me dormí, vaya, que me desperté tarde. Si es que cuando Ella me abraza así -aunque sea en sueños- luego no hay quien me saque de la cama, y menos ahora, que cada vez es más de noche por las mañanas y empieza a hacer frío y se está tan a gustito dentro de la cama... Tras el sobresalto inicial, me relajé y avisé al trabajo para decir que iría en el siguiente autobús (a las 13:00h, ahí es na'!) y que ya iba a recuperar las horas. Desayuné tranquilamente con mi madre (que me miraba con esa cara de madre simulando desaprobación pero reflejando más bien alegría por la inesperada compañía -que yo lo sé, mamá-). Luego ella se fue y yo encendí la tele y me puse "manos a la masa"... En la 2 me encontré con Luis Miguel Domínguez y la serie documental "Vive la vía". Me hizo una ilusión! Y es que cuando estuve trabajando en la exposición de Planeta Amazonia en diciembre del año pasado, proyectábamos en una sala como actividad paralela los DVDs de "Amazonia: última llamada", que los presentaba él y me encantaron y le cogí cariño. El capítulo transcurría en la Sierra de la Demanda (Burgos), y una vez más, no sólo mostró la naturaleza y el paisaje, sino también a sus gentes, el paisanaje, vaya :) Yo medio emocionada haciendo la masa de las croquetas con este hombre de fondo (ahí debe de estar el secreto de que me salieran más ricas que nunca... :P bueno, ahí y en que las hice pensando en Ella y para Ella, claro!). La tarde en el curro más tranquila que nunca... Mi jefe se fue pronto y yo de vez en cuando miraba por la ventana. Estaba de tormenta y se escuchaba la lluvia golpear contra la ventana... Cuando llegué a casa terminé de hacer las croquetas, cené y preparé las cosas para el día siguiente. Esa noche me fui muy feliz a la cama (además... ya casi era viernes :D )
Volando se me pasó la mañana del viernes. Para las 13:30h ya salí del trabajo porque tenía comida con los compañer@s de mi equipo y de otros equipos que participamos en una liguilla de deportes (fútbol, baloncesto, voleibol y sokatira en cada encuentro. Todavía me pregunto cómo sobreviví...) dentro de la propia empresa. Terminamos 7os de 12, que tampoco está tan mal, ¿no? Nos dieron copa a todos y la comida estuvo entretenida. En mi mesa el temazo de actualidad (ejem) abordado fue la peli de "La vida de Brian" (llegué a pensar que se la llevaban estudiada de casa) y cómo no, no faltaron los chistes verdes y otros que alguno se empeñaba en explicar después (casi era lo más divertido). Por la noche tuve cumpleaños con las amigas, hasta que a las 2 de la mañana me escapé y me monté ya en el autobús que me llevaría a Ella. Dormida como duermes cuando eres una niña pasé el viaje soñándola.
Y más que volando... "metreando" esta vez (en gerundio también, en movimiento siempre :P) llegué hasta su (de Ella) casa y me convertí en su despertador. No le di la opción de los 5 minutos más en la cama, sino de las 3 horas (mejor, no? :) ). Besos (muchos) después, salimos a la calle rumbo al teleférico de Rosales. De camino, adelantamos a Fátima Baeza (Esther, la de Esther y Maca de Hospital Central) y Guillermo Ortega (el del videoclub de Aquí no hay quien viva) que iban paseando con su niña. Se percató Ella porque le gustó la falda de Esther, jejeje. Ya en la cola esperando para subirnos, nos pusimos hasta nerviosas. Ninguna nos habíamos montado antes y algo de vértigo sí que daba, pero estábamos convencidas de que iba a merecer la pena, y no nos equivocamos. Fueron 11 minutos mágicos e inolvidables... y lo que dieron de sí y de sí quiero! :) Las dos juntas sobrevolando Madrid con un cielo raso y azul azul y esas vistas... ay madre... Bueno, sigo. (Por cierto, ahí saqué la foto). Y ya llegamos (volando, esta vez sí que sí, jejeje) al otro lado, a la Casa de Campo. Paseando hacia el lago en un momento en el que sólo estábamos Ella y yo, de pronto comenzamos a escuchar una canción de la película de Amélie que se acercaba. ¿¡De dónde salía?! Al poco apareció el autor, un artista en monociclo por un camino paralelo y en sentido contrario tocando el acordeón... Ya llegamos al lago y nos tomamos unas cañas y unas aceitunas en una terraza. Qué felicidad... Y así y con otros pequeños grandes momentos pasamos juntas 22 horas de amor que por mucho que me esfuerce, no soy capaz de expresar aquí y ahora con palabras.
Volando alto se fue Ella el domingo muy temprano (por una buena causa), y su casita y yo nos quedamos echándola de menos... Quedé para comer con una amiga que hacía meses que no veía. Me hizo mucha ilusión volver a verla. Hablamos de Ella y de otras cosas. Una vez más el tiempo pasó volando, y con el sabor del café aún en los labios me acercó hasta la estación de autobuses en su "rojo cereza".
El miércoles empiezo a ir a Capoeira. Creo que todavía no soy consciente de lo que he hecho al dejarme convencer por una amiga y apuntarme... Yo sólo quería hacer algo de ejercicio (a parte del "otro ejercicio") y me apunté en las listas de los Centros Cívicos a cosas más normalitas, pero no me tocó nada y aquí quedaban plazas libres y además es cerquita de casa y... y nada, que estoy 'acojoná', porque no sé si me veo yo volando y dando patadas en suspensión... Más bien me veo con un tirón en la entrepierna, o sin cabeza por no agacharme a tiempo o qué se yo... Bueno, ya te contaré tan singular incursión en el mundillo de la capoeira. Ella me tranquiliza diciéndome que al principio seguro que lo único que hacemos es la "Ginga", y que ahí es difícil romperse. Admito que en realidad me muero de ganas por empezar :)
Volando alto de nuevo llegará el jueves a su (de Ella) casita. Todavía no tenemos "nuestra", pero estoy segura de que no tardarán en llegar esas 16 paredes (con que sean 4+techo... hasta me conformo si podemos estar dentro las dos).
Y... espero que volando llegue una vez más el viernes, y sus (de Ella) zapatos y mis zapatillas vuelvan a encontrarse.
Volando ahora hasta el jueves pasado... Me dormí, vaya, que me desperté tarde. Si es que cuando Ella me abraza así -aunque sea en sueños- luego no hay quien me saque de la cama, y menos ahora, que cada vez es más de noche por las mañanas y empieza a hacer frío y se está tan a gustito dentro de la cama... Tras el sobresalto inicial, me relajé y avisé al trabajo para decir que iría en el siguiente autobús (a las 13:00h, ahí es na'!) y que ya iba a recuperar las horas. Desayuné tranquilamente con mi madre (que me miraba con esa cara de madre simulando desaprobación pero reflejando más bien alegría por la inesperada compañía -que yo lo sé, mamá-). Luego ella se fue y yo encendí la tele y me puse "manos a la masa"... En la 2 me encontré con Luis Miguel Domínguez y la serie documental "Vive la vía". Me hizo una ilusión! Y es que cuando estuve trabajando en la exposición de Planeta Amazonia en diciembre del año pasado, proyectábamos en una sala como actividad paralela los DVDs de "Amazonia: última llamada", que los presentaba él y me encantaron y le cogí cariño. El capítulo transcurría en la Sierra de la Demanda (Burgos), y una vez más, no sólo mostró la naturaleza y el paisaje, sino también a sus gentes, el paisanaje, vaya :) Yo medio emocionada haciendo la masa de las croquetas con este hombre de fondo (ahí debe de estar el secreto de que me salieran más ricas que nunca... :P bueno, ahí y en que las hice pensando en Ella y para Ella, claro!). La tarde en el curro más tranquila que nunca... Mi jefe se fue pronto y yo de vez en cuando miraba por la ventana. Estaba de tormenta y se escuchaba la lluvia golpear contra la ventana... Cuando llegué a casa terminé de hacer las croquetas, cené y preparé las cosas para el día siguiente. Esa noche me fui muy feliz a la cama (además... ya casi era viernes :D )
Volando se me pasó la mañana del viernes. Para las 13:30h ya salí del trabajo porque tenía comida con los compañer@s de mi equipo y de otros equipos que participamos en una liguilla de deportes (fútbol, baloncesto, voleibol y sokatira en cada encuentro. Todavía me pregunto cómo sobreviví...) dentro de la propia empresa. Terminamos 7os de 12, que tampoco está tan mal, ¿no? Nos dieron copa a todos y la comida estuvo entretenida. En mi mesa el temazo de actualidad (ejem) abordado fue la peli de "La vida de Brian" (llegué a pensar que se la llevaban estudiada de casa) y cómo no, no faltaron los chistes verdes y otros que alguno se empeñaba en explicar después (casi era lo más divertido). Por la noche tuve cumpleaños con las amigas, hasta que a las 2 de la mañana me escapé y me monté ya en el autobús que me llevaría a Ella. Dormida como duermes cuando eres una niña pasé el viaje soñándola.
Y más que volando... "metreando" esta vez (en gerundio también, en movimiento siempre :P) llegué hasta su (de Ella) casa y me convertí en su despertador. No le di la opción de los 5 minutos más en la cama, sino de las 3 horas (mejor, no? :) ). Besos (muchos) después, salimos a la calle rumbo al teleférico de Rosales. De camino, adelantamos a Fátima Baeza (Esther, la de Esther y Maca de Hospital Central) y Guillermo Ortega (el del videoclub de Aquí no hay quien viva) que iban paseando con su niña. Se percató Ella porque le gustó la falda de Esther, jejeje. Ya en la cola esperando para subirnos, nos pusimos hasta nerviosas. Ninguna nos habíamos montado antes y algo de vértigo sí que daba, pero estábamos convencidas de que iba a merecer la pena, y no nos equivocamos. Fueron 11 minutos mágicos e inolvidables... y lo que dieron de sí y de sí quiero! :) Las dos juntas sobrevolando Madrid con un cielo raso y azul azul y esas vistas... ay madre... Bueno, sigo. (Por cierto, ahí saqué la foto). Y ya llegamos (volando, esta vez sí que sí, jejeje) al otro lado, a la Casa de Campo. Paseando hacia el lago en un momento en el que sólo estábamos Ella y yo, de pronto comenzamos a escuchar una canción de la película de Amélie que se acercaba. ¿¡De dónde salía?! Al poco apareció el autor, un artista en monociclo por un camino paralelo y en sentido contrario tocando el acordeón... Ya llegamos al lago y nos tomamos unas cañas y unas aceitunas en una terraza. Qué felicidad... Y así y con otros pequeños grandes momentos pasamos juntas 22 horas de amor que por mucho que me esfuerce, no soy capaz de expresar aquí y ahora con palabras.
Volando alto se fue Ella el domingo muy temprano (por una buena causa), y su casita y yo nos quedamos echándola de menos... Quedé para comer con una amiga que hacía meses que no veía. Me hizo mucha ilusión volver a verla. Hablamos de Ella y de otras cosas. Una vez más el tiempo pasó volando, y con el sabor del café aún en los labios me acercó hasta la estación de autobuses en su "rojo cereza".
El miércoles empiezo a ir a Capoeira. Creo que todavía no soy consciente de lo que he hecho al dejarme convencer por una amiga y apuntarme... Yo sólo quería hacer algo de ejercicio (a parte del "otro ejercicio") y me apunté en las listas de los Centros Cívicos a cosas más normalitas, pero no me tocó nada y aquí quedaban plazas libres y además es cerquita de casa y... y nada, que estoy 'acojoná', porque no sé si me veo yo volando y dando patadas en suspensión... Más bien me veo con un tirón en la entrepierna, o sin cabeza por no agacharme a tiempo o qué se yo... Bueno, ya te contaré tan singular incursión en el mundillo de la capoeira. Ella me tranquiliza diciéndome que al principio seguro que lo único que hacemos es la "Ginga", y que ahí es difícil romperse. Admito que en realidad me muero de ganas por empezar :)
Volando alto de nuevo llegará el jueves a su (de Ella) casita. Todavía no tenemos "nuestra", pero estoy segura de que no tardarán en llegar esas 16 paredes (con que sean 4+techo... hasta me conformo si podemos estar dentro las dos).
Y... espero que volando llegue una vez más el viernes, y sus (de Ella) zapatos y mis zapatillas vuelvan a encontrarse.
10 comentarios:
qué buenas zapas!
:)
q paz transmite esa foto
Besos!!!
Ami me transmite comodidad, buen sitio y mejor compañia ;)
Un beso!
¡Qué lindo fin de semana!El tiempo con Ani pasa mejor, no sé si más rápido. La vi en el 98 en el Aragon Theatre rodeada de chicas con ganas de juerga y ayer tocó aquí otra vez. Me la perdí.
Un abrazo tocaya.
Me alegra verte bien niña, prontito estareis juntas de nuevo :)
Una vez fui a un concierto de Ani Difranco, y es algo así como un concierto de Rosana en España... vamos.. bollos por todos lados... jeje
Que vistas,seguro que no teniais vertigo?
El amor puede con todo.
Un besote guapa
marga_ qué buen comentario! :P Bss
toatoa_ es que estábamos en el cielo :) jejeje. Un abrazo
chulita_ así era, asi era :D Muxus
marta_ está chulo el cambio de blog y de foto (dos bicis en vez de una... estoy pensando yo en hacer lo mismo y poner dos pares de zapatillas... jejeje). Un besote!
tanais_ sí... :D Buen finde y anímate a hacer cosillas aunque no esté tu amor, que si no... no? Besos
panochita_ sí, eso me han contado, pero vamos, que "mola" (cantidubi)en concierto, no? Bss
meli_ Ella más que yo. Yo llegué a ir de un lado a otro balanceándolo, jejeje. Me encantó el trayecto... ayssss... besitos!
¡Que guapa esa foto!
rosma_ es que es de "altos vuelos"!!! jejeje ;P
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