Una de cine

Sábado noche. Dos tordas (tordas enamoradas, como no podía ser de otra manera, claro...) en la fila "X" (no se veía ni torta y el acomodador brillaba por su ausencia) del cine de Burgos muertas de la risa -dolor de estómago con agujetas incluídas- y a punto de desparramar por doquier el cucurucho de palomitas...

¿Por qué?

Inexplicablemente (bueno, sí, pudiera ser el amor... pensemos que fue así... porque si no... glup!!!), y aun -aparentemente- siendo conscientes de llegar a la taquilla del cine hora y pico antes de la sesión, tras escasos minutos de espera, de pronto miramos la hora y pegamos un respingo en el asiento de la cafetería. ¡¡¡Que ya es la hora!!! ¡¡¡Llegamos tarde!!! ¡¡¡corre!!! (Todo esto rodeadas de NADIE en la antesala ni en la taquilla... pero fíjate, nos pareció muy lógico ¿???). Pasamos la zona de entrada sin problema y con los billetes íntegros, puesto que no había revisor ni persona alguna que nos los pidiera (esto muy normal también, por supuesto). Llegamos a nuestra sala, abrimos la puerta y entramos a oscuras y comentando susurradamente la jugada. Ya no me acuerdo de quién dijo qué, pero las frases al aire fueron:
- ¡Qué suerte, todavía están los anuncios!
- ¡No se ve un pimiento! ¿Dónde se habrá metido el acomodador?
- Pasa, nos sentamos aquí mismo y ya está.

Ya sentadas pero todavía con el abrigo/cazadora puesto y los pañuelos al cuello:
- ¡Uf! ¡Menos mal que te has dado cuenta a tiempo, que si no nos perdemos el comienzo!
- Por poco, sí!

Un poco de risa tonta (nada comparando con lo que vendría después).

Décimas de segundo después y en medio de la confusión que ya se mascaba en nuestro ambiente:
- Oye... esto no son los anuncios... es la peli ya...
- (...)
- (...)
- Y no está precisamente por el comienzo, no?
- No, porque ya se han casado.
- ¿?????????? (y risa contenida)
- ¿?????????????????????????? (y más risa)
- (...)
- (...)

Segundos o minutos después (el tiempo es tan relativo en algunos momentos...) y con el culo medio fuera y cayéndonos de la butaca de la risa (Ella encima aguantando el tipo con las palomitas en esforzado equilibrio):
- Que es... jajajajajajajaja
- Que ya... jajajajjajaajajja
- La sesión... jajajajajajajajajjjajajj
- Sí sí... jajajjajaajajaj
- Jaajajjajajajajajajjaj
- En la anterior... jajajajjajaj
- Estamos en la sesión anterior!!!
- JAJAJAJAJAJJAJJAJJAJAJAJJAAJAJAJ (al unísono)

Me agaché aún más y salí de la sala con la poca dignidad que me podía quedar... Ella apareció un poco más tarde, también colorada de tanta risa y de la vergüenza... (creo que no acertaba a ponerse en pie sin que se le doblaran las rodillas, jajajajaja...)

Ya juntas en el pasillo y dando tumbos (parecíamos borrachas -de amor, claro-) conseguimos huir de la zona y nos apoyamos en una mesa alta a modo de muleta paliativa. No podíamos parar de reirnos. No acabábamos de creer lo que habíamos hecho... Vamos, y ni nos queríamos imaginar la cara de la gente al ver nuestra entrada triunfal... y la salida... Alucinarían. No sé qué pensarían, pero allí nadie se atrevió a chistarnos... (y si lo hicieron, no nos enteramos y es que la risa nos tenía anuladas completamente...).

Cuando nos calmamos, tratamos de no darle más vueltas a lo acontecido y pensar aquello que dice un mago de que "todo ha sido producto de la imaginación" (ojalá). Esperamos el ratito que faltaba para nuestra sesión (con la tontería, mejor dicho, con la TONTERÍA se nos hizo más ameno, eso sí). Nos mantuvimos alejadas de la entrada/salida por miedo a represalias. Y ya por fin a nuestra hora nos acercamos y pasamos a la sala y pudimos ver desde el principio la película (esta vez sí que nos pidieron la entrada).

Decidme que alguna vez también os ha pasado, que habéis hecho el ridículo de la manera más absurda e impensable... (yo todavía no me lo explico... Sabíamos la hora de la sesión, teníamos reloj, indicios varios... y a pesar de todo, nos cuadró que ya era la hora... ayayay...).